Para terminar con ésta entrega de Casa FOA 2015,
les dejo la Parte IV que organicé primeramente
con la muestra de las ambientaciones de los distintos estudios
que se presentaron y para finalizar
información sobre la sede que se eligió éste año:
La Abadía San Benito de Palermo.
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ESTUDIO
Sebastián Salazar
( no es mi sillón Berger, pero es idéntico! )
BECA - STUDIO
PARA TUPPERWARE
Arq. Marysol Kraviez
Arq. Valeria Matayoshi
Arq. Alexia Barousse
Recorremos las galerías y exteriores
del edificio,
también intervenidos.
INFORMACIÓN
Sobre la abadía de San Benito
Para la construcción de la Abadía convocan a varios arquitectos de renombre, entre ellos a Alejandro Bustillo, autor del Banco Nación de Plaza de Mayo o el Hotel Llao Llao. Pero finalmente eligen al Padre Eleuterio González, arquitecto también y uno de los primeros seis monjes de la congregación que llegaron a Buenos Aires a principios del siglo pasado.
El sitio elegido respondía al tipo de localizaciones que preferían los benedictinos para sus abadías, como emergiendo en lo alto de la topografía. El conjunto se componía de la iglesia abacial, puesta con su ábside de punta a la barranca y al lado un edificio con dos claustros, uno mayor y otro menor. Las obras de la abadía comenzaron en 1924 y se prolongaron más de seis décadas. En 1941 comienzan la construcción de la iglesia abacial y el claustro con arcadas y capiteles románicos a imitación del claustro de Silos, pero se suspenden las obras en reiteradas ocasiones por la guerra y por falta de recursos.
Con el crecimiento de la Ciudad, el sitio dejó de ser propicio para los hábitos y costumbres benedictinos. Y en consecuencia se mudaronextramuros , a la localidad de Jáuregui. El edificio sobre la calle Villanueva fue concedido al Euskal Echea y la construcción de adelante, entre Gorostiaga y Luis María Campo, fue usada como residencia para estudiantes
Los decoradores convocados por Casa FOA intervinieron las celdas que antes funcionaban como habitaciones, las galerías, el patio central, algunos pocos espacios de mayores dimensiones, pero además los baños, la biblioteca y el auditorio que quedarán como mejoras para este edificio inconcluso. La incógnita es qué pasará con este lugar una vez pasada la exhibición.
Hace años, hubo un proyecto, el más polémico, que proponía ampliar sobre este terreno el Shopping Solar de la Abadía que está enfrente. En 2005, se presentó otra idea: hacer sobre Luis María Campos, y reconstruyendo la virtual barranca, un centro de diagnóstico de alta complejidad motorizado por el Hospital Británico. Tampoco funcionó. Los últimos planos que publicamos en ARQ para este sitio proponen un complejo con oficinas, un museo de sitio y un área cultural revitalizando los claustros. También se sabe que está hecho todo el relevamiento, el diagnóstico y la documentación de obra para concluir el revestimiento de ladrillos que la iglesia abacial aún tiene pendiente.
Lo cierto es que, si sobre el patrimonio avanza la política de “no tocar nada”, lo más probable es que no lo toquen los hombres, sino las ratas. El desafío es, entonces, encontrar un nuevo uso a este fantástico complejo para integrarlo a la Ciudad y darle un nuevo ciclo de vida.
Hola Marce!!! hacia mucho que no podía visitar tu blog... que delicia poder hacerlo!!!
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